En abril, Mulally dijo que Jaguar formaba parte integral del plan de reestructuración de Ford, negando los rumores sobre su venta pese a señalar que el gato de Coventry tendría que mejorar sus resultados si no quería problemas. Las noticias de hoy son bien distintas; Ford lleva intentando convencer a Fiat desde febrero para que esta se haga con Jaguar y Land Rover. Igual de sorprendente es el interés del óvalo azul por deshacerse de Volvo, habiendo hablado con las financieras Goldman Sachs y Morgan Stanley a fin de buscar ayuda en la venta del premium automotive group al completo.
Las conversaciones con Fiat, mantenidas entre Lewis Booth, jefe de Ford Europa, y Sergio Marchionne, CEO de Fiat, fracasaron el mes pasado. Fiat estaba interesada en Land Rover por el inagotable interés del mercado en los SUVs, y el hecho de que sus cinco marcas no tienen la más mínima presencia a nivel mundial dentro del segmento. Los italianos también estaban interesados en comprar la red de distribución completa de Land Rover en Estados Unidos para Alfa, pensando en emplearla como plataforma de lanzamiento de la marca. Al mismo tiempo, Fiat veía con buenos ojos a Jaguar por sus motores de gran cilindrada y plataformas de tracción trasera. Finalmente, las negociaciones se quedaron en nada, y Marchionne se retiró temiendo que las adquisiciones de Jaguar y Land Rover pudieran afectar al crédito de su compañía.

