
JLR tiene un problema. Es el fabricante europeo de coches que más lejos está de la media de emisiones de CO2 que marca la regulación de la Unión a medio plazo, y por tanto, el que más mejoras tiene que hacer en su flota para alcanzarla. Con el peso de sus vehículos y el tamaño de sus motorizaciones en cuenta, es, además, la firma que más híbridos va a tener que incluir en su mix de ventas para poder acceder a una zona "cómoda" en cuanto a emisiones.
Cierto es que sobre la mesa están varias alternativas, como el lanzamiento de modelos más pequeños por parte de Jaguar (el futuro XS, su variante SUV, e incluso un modelo compacto están en camino), pero JLR necesita más soluciones, y las necesita "ya".
